Hace varios días, un perfil de Instagram de una escuela de negocios, llamada The Power MBA, subió un post en el que hacía mención a 12 elementos que se deberían enseñar en el colegio.
¿Y tú qué crees, que estoy a favor o en contra?
TOTALMENTE A FAVOR.
Y en esta serie de 3 publicaciones voy a contarte porqué creo que es imprescindible introducir estos elementos en el colegio que conocemos hoy en día.
La primera premisa que se trabaja en toda escuela es: LA EDUCACIÓN DEBE PREPARAR PARA LA VIDA. PERO... ¿REALMENTE LO HACE?
En esta primera parte vamos a tratar las primeras 4: Inteligencia emocional, comunicación efectiva, finanzas personales y valores humanos.
INTELIGENCIA EMOCIONAL:
La Inteligencia Emocional es, según Daniel Goleman, la capacidad que tienen los individuos de reconocer sus propios sentimientos y los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las emociones.
¿Para qué es necesario tener Inteligencia emocional en la vida? Creo que tanto tú como yo lo sabemos. Tanto los adultos como los niños y niñas necesitan conocer qué están sintiendo, qué les ha provocado esa emoción, cómo se sienten, y saber gestionar esas emociones (no hay emociones buenas o malas, todas son absolutamente necesarias en la vida de una persona, su importancia no radica en qué emoción es, sino en cómo se gestiona). Todas, o la gran mayoría, de las decisiones que tomamos en nuestra vida están influenciadas por las emociones. Por eso, si no somos capaces de reconocer que están ahí, que nos influyen, de reconocerlas, y por supuesto de gestionarlas, nuestra vida va a tomar un rumbo que podemos querer o no de manera racional, lo que está claro es que esas serán las decisiones que quiere nuestro yo emocional, y que en ocasiones serán acertadas, y otras muchas no lo serán.
Además, la Inteligencia Emocional incluye elementos tan esenciales para una vida en sociedad como son las habilidades sociales, es decir la
COMUNICACIÓN EFECTIVA:
En todos los currículos se pone de manifiesto la necesidad de enseñar a nuestro alumnado a hablar de manera adecuada, a expresarse, a adecuarse al contexto pero... ¿verdaderamente se lleva a la práctica?
Vivo y he vivido multitud de situaciones en las que se manda callar a niños y niñas de infantil mientras juegan, mientras trabajan, incluso he llegado a presenciar cómo un grupo de niños y niñas de 4 años, súper motivados por un tema en cuestión, eran cortados porque "se hacía tarde".
Y ahora me gustaría reflexionar. Por supuesto que tenemos un horario en el aula y que debemos intentar cumplir o llevar un mínimo de organización y rutina con el fin de que los peques puedan organizarse y sientan cada vez más seguridad en las tareas que deben realizar. Sin embargo, en el momento de establecer estas rutinas, ¿debemos ser tan tajantes? Creo que no. Creo que nos perdemos mucho por el camino si lo hacemos.
Y con esto, a donde quiero llegar, es a la necesidad de crear situaciones comunicativas. Pero no preguntar por que has hecho el fin de semana y ya. Una frase cada niño/a y punto. No.
La comunicación efectiva debe ser aquella en la que participan, al menos, dos personas, ejerciendo de emisor y receptor. Y debemos entrenar a nuestros pequeños/as en ambas posturas. Tanto en saber explicarse, como en saber entender. Saber ponerse en la piel de su interlocutor. Saber interpretar su comunicación no verbal. Sus gestos. Aprender a identificar las características que rigen el contexto en el que se está haciendo el acto comunicativo. Saber hacer inferencias. Saber leer entre líneas. Saber comunicar sus sentimientos, saber qué palabras elegir. Saber prestar atención.
Actualmente estamos viviendo los resultados de multitud de generaciones que no han sido entrenadas para entender. ¿Quién no ha vivido ocasiones en la que, después de exponer una frase o idea sin objeciones, alguien le plantea dudas inverosímiles? Y no hablo de personas en edad infantil. Hablo de adultos, hechos y derechos, que conviven en nuestro día a día y que no comprenden nada de lo que leen. No porque no puedan o no tengan la capacidad, sino porque nunca se les enseñó de manera práctica.
¿Y cuál es el resultado? Personas que no saben interpretar noticias, que no saben interpretar conversaciones, que no saben interpretar el verdadero sentido de una conversación. ¿Están por lo tanto estas personas preparadas para una vida social? En mi opinión, no.
¿Desde cuando podemos comenzar a trabajar este aspecto? Desde que nacemos, sin olvidarlo en ninguna etapa de nuestro desarrollo. Tanto desde la familia como desde la escuela debería hacerse especial hincapié en este aspecto.
FINANZAS PERSONALES:
Volvemos a la misma premisa. La escuela debe preparar para la vida y, queramos o no... ¿no está la vida ligada en todo momento a las finanzas? Desde la infancia oímos hablar del dinero, de comprar cosas, en algunas ocasiones de vender, pero nada más. No se nos enseña a gestionar, no se nos enseña a ahorrar, no se nos enseña a rentabilizar, no se nos enseña a crear. Desde luego, este no es un tema que se deba tratar a fondo en Infantil como todos sabemos, pero sí se debe iniciar en ese momento y continuar durante toda la etapa escolar. Hay muchos elementos que debemos conocer cuando nos incorporamos al mercado laboral y a la vida adulta que nos vienen de sopetón, que son obligatorios, en los que solemos cometer errores, en los que podemos ser mejores y sin embargo nadie nos enseña cómo gestionar o hacer ciertos trámites.
Desde Infantil podemos ir introduciendo el valor del dinero, de dónde viene, cómo podemos conseguirlo, cómo ahorrar de manera muy básica. Por ejemplo con la típica actividad de ir de compras. Tenemos un billete de 10 euros para comprar X cosas. ¿Tenemos suficiente? ¿Nos sobra? ¿Podemos guardar algo de dinero para la siguiente vez?
Ya en primaria podemos hacer miles de actividades super motivadoras, por ejemplo organizar viajes, planificar según unos ahorros, compras y gastos más complejos, crear torneos para recaudar fondos para X causa, iniciar el carácter emprendedor de los niños y niñas...
Ya en la ESO y en bachillerato podríamos entrar en temas mucho más complejos como conceptos concretos, hacer la declaración de la renta, elegir una hipoteca, crear una empresa, cómo abrir una cuenta en el banco... En definitiva, todos esos aspectos que vamos a utilizar casi todos los días de nuestra vida y que no conocemos hasta que es inminente.
¿Qué ocurre si no tenemos estos conocimientos? La mayoría de las personas no saben gestionar su patrimonio, no saben hacer unas cuentas básicas sobre sus ingresos y gastos, no saben cómo ni dónde pueden invertir, no puede encargarse por sí mismo de su declaración de la renta, no saben elegir qué hipoteca escoger, incluso he vivido personalmente ocasiones en las que personas de 35 años reconocían no saber cómo ahorrar.
La educación financiera nos proporciona una libertad de la que no disponemos sin ella, dejándonos la oportunidad de pensar y de actuar según nuestras propias reglas y no según marcan las tendencias.
VALORES HUMANOS:
Vivimos en una sociedad de la que todos formamos parte y en la que todos contribuimos de una manera o de otra. Por ello, es esencial encontrar una manera en que todos podamos gozar de nuestros derechos, cumpliendo nuestros deberes, respetando al resto de las personas.
Sin embargo, por muy fácil que parezca en un inicio, la convivencia es un tema que resulta complicado en diversas situaciones y es por ello que debemos educar a las generaciones futuras en valores humanos que les permitan optimizar dichas relaciones y poder reducir los conflictos.
De todos los elementos que he tratado en este post, creo que este es el que menos tengo que explicar, ya que todos conocemos lo importante que es enseñar a nuestros niños valores y así se refleja en el currículo de todas las etapas educativas. Pero no por ello debe relegarse ni dejar de mencionarse ya que es un elemento fundamental en la vida de todo ser humano y por supuesto en el devenir de todas las generaciones y sociedades.
¿Cómo podemos trabajar estos aspectos desde la escuela? Realizando actividades cooperativas y colaborativas, haciendo que cada persona tenga su sitio, se sienta importante y pueda contribuir en el grupo siendo responsable de sus tareas. Cada persona debe pertenecer a este grupo sintiéndose importante y haciendo ver a los demás que son importantes en nuestro día a día. Nadie seríamos quienes somos sin las personas que tenemos a nuestro alrededor. Podemos también hacer simulacros de situaciones, resolución de problemas, crear programas de promoción de la empatía, crear diversas situaciones sociales en las que se pongan en práctica valores como la humildad, el tesón, el respeto, la colaboración, la bondad, la sinceridad, la ayuda, el amor... Ejemplificar situaciones en las que podamos ayudar a los demás, en las que sintamos amor, sincerarnos con nuestros amigos, ayudar a quien lo necesita... Una infinidad de elementos que podemos introducir ya desde Infantil, de hecho DEBEMOS introducir desde infantil ya que es la etapa en la que se forja el carácter y la personalidad del ser humano, y que se desarrollarán durante toda la etapa educativa y también durante toda la vida de la persona.
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